Dejemos claro que hay ciertos humanos que ostentamos la profesión docente que además de llevar el apostolado, tenemos ciertos placeres.
Y como considero que el invierno, es un rito de placer constante...(en el verdor de los árboles en los días nublados, más lluvia o viento cálido antes de ella)...Para más tarde refugiarse en casa a leer una pillería novelesca, una autobiografía o ver una película.
Convengamos que al principio no me entusiasmó la idea de una película confinada a la realeza moderna, o lo que se desea rescatar de ella.
Pero cautiva.
El poder visto de esta cinematográfica forma, embelesa a ese recóndito espacio donde reside ese monstruo (humano, muy humano) que se siente algo superior a los demás.- La monarquía como artefacto político con ribetes muy espirituales, es un objeto de culto por su rareza y autosustentabilidad, en un museo, claro.
Las palabras no justifican el accionar de la realeza, per si es interesante ver que alguien puede contemplar las prioridades aristotélicas expresadas en los intereses públicos y privados en una correcta armonía; o por lo menos bajo una libre y predestinada intensión de servicio público.
Por qué?
Descúbralo. No se arrepentirá!
lunes, 18 de junio de 2007
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